
La autoestima no es solo cómo nos vemos, sino cómo nos sentimos con lo que somos. Muchas personas arrastran inseguridades desde la infancia o por experiencias vividas, lo que impacta en sus relaciones, decisiones y bienestar emocional.
¿Qué puede afectar la autoestima?
Criterios de belleza inalcanzables, críticas constantes, comparaciones, fracasos no digeridos… todo puede ir sembrando dudas internas que nos hacen sentir insuficientes.
¿Cómo se trabaja en terapia?
En sesiones terapéuticas se exploran los orígenes de esa autoimagen, se cuestionan creencias limitantes y se aprende a generar un diálogo interno más compasivo. Es como reconstruir desde el respeto hacia uno mismo.
Pequeños pasos que ayudan:
Reconocer los logros (aunque parezcan pequeños).
Dejar de hablarte como no hablarías a un ser querido.
Rodearte de personas que te valoren.
Pedir ayuda sin sentirte débil por ello.
La autoestima no se construye en un día, pero cada día puedes hacer algo por fortalecerla.